viernes, diciembre 08, 2006

Llega la Navidad

ABUELOS

El otro dia me comentaba un amigo que ellos intentaba tirar lo menos posible de los abuelos, que aunque estaban jovenes y bien no tenían mucha intencion de hacer de niñeros. Yo tengo la suerte y el privilegio de que mis padres si quieren hacer de niñeros, pero sobre todo es que no me imagino una infancia sin abuelos.

Ya supongo que no todos los abuelos pueden ser tan excepcionales como los mios, o como los de Alex, pero se me hace extraño que haya abuelos que puedan prescindir de sus nietos, y nietos que no sepan lo estupendo que es tener abuelos.

Mis abuelos y Sita son una parte imprescindible, imborrable y maravillosa de mi infancia, no entenderia mi niñez sin ellos, mis abuelos me enseñaron el amor complice, absoluto e incondicional de quien tiene como única misión disfrutar de los nietos con la paciencia, el tiempo y la dedicación que dan la experiencia y los años, con esa disciplina de mano suave de quien sabe que tiene el poder de conceder todos los deseos. La casa de mis abuelos fue siempre la nuestra, sin barreras ni obstaculos en aquel largo pasillo donde cada cajón escondía un tesoro: los hilos, madejas y botones de la yaya, los pañuelos y collares de Sita, la máquina de hacer dinero de mi abuelo, sus plumas y lapices, su maquina de escribir y sus miles de libros.

Ellos me enseñaron la importancia de los ritos, eso que como dice el zorro de El Principito hace que un día sea único y especial, distinto de los otros. Mi infancia está llena de ritos mágicos y maravillosos que hací­an que las cosas valieran la pena, que te hací­an desear que llegara ese dÃía especial: las compras por la calle Goya con mi abuela los sábados que siempre acababan con los deliciosos jacobitos de California 47, los paseos por el Retiro para ver la casa de Fierabras, el ir a ver los escaparates de Musgo cuando Madrid empezaba a oler a Navidad....

Cierto es que sin mis padres nos sería muy difícil seguir trabajando como lo hacemos y que también los padres de Craig están ahí para lo que podamos necesitar, pero más allá¡ de la conveniencia o necesidad está el convencimiento de que una niñez sin abuelos debe ser tremendamente triste, de que no hay nada que pueda igualar esa relación de complicidad, cariñoo, aprendizaje y admiracion mutuos.

Por eso ahora no podría privar a mis hijos de la oportunidad de disfrutar de sus abuelos, de estos abuelos complices, maestros ejemplares, publico entregado y orgulloso de todos sus progresos y ocurrencias. Yo se que Alex ya no sabría vivir sin sus abuelos, igual que a mi me cuesta aún vivir sin los míos. ¡Tres hurras por los abuelos!

EN EL CORAZON

Me acabo de encontrar a Alex tirado en el suelo de su cuarto.

- ¿Que pasa, mi vida, estás malito?
- No mami, es que tengo a la hermanita en la tripa y dice que ya quiere salir
- Gordo, los niños no llevan a las hermanitas en la tripa.
- ¿La llevas tu?
- No, cariño, yo no puedo. Pero la llevo en el corazón y la estamos buscando por todo el mundo
- ¿Está en una casita verde como yo cuando estaba pequeño?
- Si, cariño, está esperando que muy pronto vayamos a buscarla
- Mami, yo tambien tengo a la hermanita en el corazón

Y nosotros, sin noticias. Que ya va a ser muy ponto, que no queda nada, que están ya a punto de llamarnos, que ya, vamos, ya mismo nos tenemos que ir, que tengamos un poco más de paciencia que está¡ ya al caer........ Y vamos ya para tres meses desde que el Correo del Zar entregó los papeles en Kaz.. Ay, para ser pronto se nos está haciendo de un largo.......