jueves, febrero 15, 2007

DESDE ASTANA CON AMOR




Y por fin llego el dia. A las seis de la manana del dia 12 partimos hacia Astana con el corazon partio por tener que dejar a nuestro hijo en Madrid pero con la ilusion de estar por fin rumbo a nuestra nina.

La primera noche la pasamos en vela, no solo por los nervios, que tambien, sino porque el "comodo apartamento" que nos habian prometido era para grabarlo, cosa que por cierto, hicimos. El lavabo no tenia grifo lo compartia con la ducha pero como el cable era corto cada vez que lo abriamos inundabamos el bano. No habia toallas por lo que ducharse era complicado, y cuando por fin nos metimos en la cama el colchon se hundio bajo nosotros. No habia canape, en su lugar unos tablones de madera de conglomerado cortadas a mordiscos esa misma manana intentaban soportar con poco exito nuestro peso. Tengo fotos que prueban que no exagero. Por que no hare caso a mi madre y no saldre nunca de casa sin sabanas y toallas?

La manana siguiente fuimos directos a la Casa de Ninos. Es impresionante, un edificio enorme con un jardin que cuando se deshiele debe ser una monada, todo limpio y reluciente, muchos juguetes, muchisimas enfermeras y los ninos que vimos al llegar, un grupo de 3 o 4 anos, felices y bien cuidados.

El momento de conocer a nuestra hija no fue ni mucho menos como habiamos esperado y desde luego no fue en absoluto como nuestro primer encuentro con Alex. Nuestro bebe tiene 6 meses, es preciosa, gordita, activa y muy llorona.

Obviamente ni el momento ni las circunstancias eran las mejores y nuestra pequenaja estaba petrificada. Apenas pudimos hacerla una foto y la pobre lloraba con un desconsuelo que partia el alma. Despues de verla, nos sentamos con la medico que nos explico todo su historial, un par de cosas sin importancia. Por lo demas, una nina sana y preciosa, con mucho genio y a la que le gusta llamar la atencion. Eso esta bien, en esta familia encajara perfectamente.

La verdad es que ha sido la manana mas dura de nuestras vidas, por lo menos de la mia, y no tengo el animo muy alto. Es una sensacion muy extrana, quiero querer a mi hija como quiero a Alex y se que eso es imposible porque Alex y yo llevamos 3 anos queriendonos con locura, se que aunque le quise desde el primer momento en que le vi no se puede compara aquel amor y ternura con el que siento ahora por el, hubiera querido que nuestro encuentro tuviera la misma magia que tuvo aquella manana en Odessa pero se que por fuerza tiene que ser distinto.

Ha sido una manana muy dura pero ya tenemos a nuestra nina. Las cosas ya solo pueden mejorar.