viernes, marzo 02, 2007

LA HISTORIA INTERMINABLE

Que dice Pili que le cuente cosas. Pues nada que estos ultimos dias hace un tiempo primaveral (menos 8 o menos 10), que la nina esta preciosa y que la del super me sigue preguntando todos los dias si tengo la tarjeta Ramstore. Uno de estos dias me la voy a sacar, por jorobar nada mas. Y que, o aprendemos mas ruso, o las conversaciones con nuestro conductor ya no van a avanzar mas.

- Kak dila?
- Harasho
- Katerina Tomiris, harashó
- Harasho, espasiba. Sigudnia, Brrrrrrrr (o sea, hoy hace un frio que pela)
- Oh, niet, pufff (pasandose la mano por la frente. O sea, que va, hace calor)
- Maya sistra, beach, mediterranian (mi hermana se ha ido a la playa, la muy golfa)
- Ahh, Espania…..

Y que el tiempo pasa muy despacio.

Ya no podemos mas. Y aun nos quedan dos semanas. Es un sistema horrible. Entiendo que haga falta un periodo de adaptacion, incluso que este sea de 15 dias, pero despues está la tercera semana, la que va entre el final de la adaptacion y el dia del juicio, minimo 7 dias, maximo 10. Y despues los 15 dias hasta que la sentencia es firme, el proceso es tan largo que muchos padres tienen que regresar a casa durante esos 15 dias por razones de trabajo o, como nosotros, porque hace un mes largo que no ven a sus hijos mayores, y volver a Kazajstan a por sus hijos cuando la sentencia es firme, lo que practicamente anula el proceso de adaptacion porque empiezas casi de cero, para un niño de 6 meses el que desaparezcas durante dos semanas debes ser como si te fueras para siempre. ¿se acordara nuestra hija de nosotros cuando volvamos?, ¿volvera a llorar como el primer dia?. No se si este proceso es en el mejor interes de los niños. A mi me parece inhumano.

Llevamos tres semanas viendo a Katie ( la primera no cuenta a efectos de adaptacion porque habia un problema burocrático), encerrados en una habitacion ruidosa con otras dos, tres o hasta cinco familias, con los mismos cuatro juguetes. Katie nos conoce, esta comoda con nosotros, aprende cada dia, pero ya no hay mucho mas que podamos hacer aqui, dos horas al dia. Sabemos que la queremos y que ella nos quiere tanto como un bebe de seis meses puede querer a dos personas que acaba de conocer y a los que solo ve dos horas al dia. A partir de aqui la adaptacion tiene que ser en el mundo real, en casa, cuando podamos darle de comer, cambiarle los pañales, arroparla por las noches, cuidarla cuando este malita, sacarla a pasear, ver como juega con su hermano, ser de verdad sus padres, su familia. Este es un proceso interminable. Aqui estamos, un puñado de personas compartiendo una experiencia muy emotiva, muy intensa y muy personal en una situacion en la que no hay intimidad ninguna, donde todos hacemos un poco de padres de todos, donde los juguetes son para compartir y no existen secretos, en plan comuna, pero donde cada uno intentamos aislarnos un ratito con nuestro hijo e intentar crear ese lazo indestructible que debe atarnos para el resto de nuestras vidas.

Vamos marcando los dias que faltan para volver a casa aunque sabemos que eso significa dejar aqui a nuestra bebe durante un tiempo.

Estamos llenos de morriña y de saudade que dicen los gallegos, echamos de menos por encima de todo a nuestro niño, echo de menos su risa, sus carcajadas cuando le hago cosquillas despues de bañarle, nuestra charlas antes de dormirse, sus excursiones a nuestra cama, su alegria cada vez que vuelvo a casa despues de trabajar, ¡¡¡¡mamiiiiii!!!!!!!!!...... Pero tambien echamos de menos cosas mas prosaicas, nuestra cama, nuestra casa, el agua de Madrid, aqui tenemos el pelo como estropajo y bebemos agua mineral, conducir mi coche, comerme un buen pescado (cosa por cierto imposible hasta el momento), ver la television tumbada en el sofa con mi gato encima, las cenas con mi amiga Emily, los mimos de mis padres.... Echo de menos hasta McDonalds, y Starbucks, mi salvacion en aquellos paises donde no saben hacer un cafe con leche como Dios manda......

Y sin embargo, va a ser tan dificil marcharse y dejar aqui a nuestro tesoro, a nuestra niña preciosa que nos recibe con sonrisas y juega con nosotros y nos mira ya a los ojos, al fondo del corazon, conociendonos, reconociendonos, ya nos ha hecho suyos la enana, suyos para siempre, porque esta era nuestra hija, la que nos esperaba, teniamos que llegar ese dia, martes y 13 por cierto, y no ninguna de las otras fechas en las que parecia que ibamos a viajar porque era esta nina la que sujetaba con sus manitas fuertes el hilo rojo que nos unia a traves de medio mundo.

Ya queda menos, mi amor, ya queda poquito para que estemos en casa, en tu habitacion llena de flores, con tu familia que te espera como agua de mayo. Y cuando lleguemos, tenemos el resto de nuestas vidas para estar juntos.